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1.-Estudio de mercado para definir el concepto de un restaurante
Este paso es el más importante. Responder el qué, cómo, cuándo y dónde son base para iniciar con este negocio.
Es el paso donde se analizan las necesidades sociodemográficas, psicológicas y culturales de tu comensal meta, donde entendemos cuánto está dispuesto a pagar por los platillos que ofrezcas, cúal es tiempo promedio que permanecen en un restaurante, qué tipo de música disfruta al momento de comer, cuál es el tipo de decoración o alumbrado que más ha llamado su atención o cuáles son las características de sus restaurantes favoritos.
Considerar cada detalle del mercado meta logrará una segmentación específica que sin duda alguna te ayudará a definir la personalidad de tu negocio.
2.- Definir la oferta gastronómica
Es primordial identificar qué tipo de platillos ofrecerás. Escoger el tipo de comida que servirá tu restaurante es la clave para poder posicionarlo, ya que además de ser tu especialidad, tu menú será tu herramienta de innovación y creatividad.
Una oferta balanceada, donde la propuesta que ofreces a tus comensales sea clara, es uno de los pilares para definir el estilo de tu restaurante y para tener un negocio rentable de comida, con oportunidades de crecimiento.
3.-Análisis de la competencia
Si tu plan es abrir un restaurante de comida italiana donde el menú solamente cuente con cuatro platillos principales que el consumidor pueda personalizar dependiendo de sus toppings favoritos, claro que analizar a los competidores con el mismo modelo de negocio ayudará a crear estrategias de introducción que generen ventajas competitivas y diferenciadores para tu restaurante. Realizar un plan con fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas dará más claridad a tus objetivos de negocio y mejores resultados.
4.-Ambiente y decoración
Los restaurantes asiáticos y los mexicanos definitivamente no ponen la misma música, ni su estilo de la decoración es parecido.
Hacer sintonía con la experiencia que le estás ofreciendo a tu consumidor en el punto de venta apuntala un conjunto de emociones que involucran, desde el momento en que llega, el tiempo de espera para que le den la mesa que reservó, el olor, las luces, la música, el estilo de las mesas, la barra de bebidas, la cocina, el baño, la terraza, entre otras amenidades.
Y no solamente la parte interior, sino también el exterior: desde el estacionamiento hasta los acabados del inmueble, las señalizaciones y la estética del nombre del restaurante… Todos estos factores son esenciales al momento de dar forma a la personalidad de tu negocio, al pensar en cómo definir el concepto de tu restaurante.
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